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Javier Milei, en el Foro de Davos: “La justicia social no aporta al bienestar general”

El Presidente participó del Foro Económico Mundial, donde expuso que “la doxa de izquierda atacó al capitalismo” y criticó la postura colectivista.

El presidente Javier Milei afirmó hoy que “la doxa de izquierda atacó al capitalismo por una cuestión de moralidad” y aseguró que la “justicia social no aporta al bienestar general”, al exponer en el Fondo Económico Mundial que se desarrolla en Davos, Suiza.
Hoy estoy acá para decirles que Occidente está en peligro porque aquellos que deben defender los valores se encuentran cooptados por una visión del mundo que inexorablemente conduce al socialismo y, en consecuencia, a la pobreza”, sostuvo Milei y lo adjudicó a que “motivados por deseos de querer ayudar al prójimo y el deseo de pertenecer a una casta privilegiada, los principales líderes del mundo occidental han abandonado el modelo de la libertad por versiones de lo que llamamos colectivismo”.El Presidente enfatizó que “los experimentos colectivistas nunca son la solución a los problemas que aquejan a los ciudadanos del mundo, sino que, por el contrario, son su causa”.

“El capitalismo de libre empresa como sistema económico es la única herramienta que tenemos para terminar contra el hambre, la pobreza y la indigencia en el planeta. La evidencia empírica es incuestionable”, añadió.

“Como no cabe duda de que el capitalismo de libre mercado es superior en términos productivos, la doxa de izquierda ha atacado al capitalismo por sus cuestiones de moralidad, por ser, según ellos, injusto. Dicen que el capitalismo es malo porque es individualista y el colectivismo es bueno porque es altruista – con la ajena – y, en consecuencia, bregan por la justicia social. Este concepto que en el primer mundo se ha puesto de moda en la última época, en mi país es una constante del discurso político desde hace más de 80 años”, mencionó el Presidente.

Sostuvo entonces que “el problema es que la justicia social no es justa y tampoco aporta al bienestar general” .“La justicia social es injusta porque es violenta, porque el Estado se financia a través de impuestos cobrados de manera coactiva. ¿O acaso alguno de nosotros puede decir que paga los impuestos de manera voluntaria?”, expuso el Presidente.

Esto significa, mencionó Milei, “que el Estado se financia a través de la coacción y que, a mayor carga impositiva, mayor es la coacción, menor es la libertad”.

Quienes promueven la justicia social parten de la idea de que el conjunto de la economía es una ‘torta’ que se puede repartir de una manera distinta, pero esa torta no está dada, es riqueza que se va generando en lo que (Israel) Kirzner llama un proceso de descubrimiento”, agregó el Presidente.

Explicó entonces que “si el bien o servicio que ofrece una empresa no es deseado, esa empresa quiebra, a menos que se adecúe a lo que el mercado le está demandando. Si genera un producto de buena calidad a un precio atractivo, le va a ir bien y va a producir más, de modo que el mercado es un proceso de descubrimiento en el cual el capitalista encuentra el rumbo correcto”.

Sin embargo, Milei enfatizó que “si el Estado castiga al capitalista por tener éxito y lo bloquea en este proceso de descubrimiento, destruye sus incentivos, y la consecuencia es que se va a producir menos y la ‘torta’ será mas chica, generando un perjuicio para el conjunto de la sociedad”.

En tanto, “el colectivismo, al inhibir estos procesos de descubrimiento y al dificultar la apropiación de lo descubierto, ata al emprendedor de las manos y le imposibilita producir mejores bienes y ofrecer mejores servicios a un mejor precio”.

“¿Cómo puede ser entonces que, desde la Academia, los organismos internacionales, la política y la teoría económica se demonice a un sistema que no solo ha sacado de la pobre extrema a más del 90% de la población mundial, sino que además es justo y moralmente superior?”, se preguntó Milei.

Añadió que “gracias al capitalismo de libre empresa hoy el mundo se encuentra en su menor momento” y que actualmente “es más libre, más rico, más pacífico y más próspero”, sobre todo “en aquellos países que son más libres, donde respetan la libertad económica y los derechos de propiedad de los individuos”.

Además, enumeró que “aquellos países que son más libres son ocho veces más ricos que los reprimidos, el decil más bajo de la distribución de los países libre vive mejor que el 90% de la población de los países reprimidos, tienen 25 veces menos cantidad de pobres en el formato estándar y 60 en el extremo. Por si fuera poco, los ciudadanos de los países libres viven un 25% más”

El mandatario ejemplificó que en Argentina “cuando adoptamos el modelo de la libertad en 1860, en 35 años nos convertimos en la primera potencia mundial”, por el contrario “cuando abrazamos el colectivismo, a lo largo de los últimos cien años vimos como nuestros ciudadanos comenzaron a empobrecerse sistemáticamente hasta caer en el puesto 140 del mundo”.

Milei aseguró que desde que Argentina “abandonó el modelo de la libertad” hace cien años los argentinos son “más pobres” e instó a los empresarios del mundo a que “no cedan al avance del Estado” porque “no es la solución, sino el problema en sí mismo”.

“Venimos a invitar a los países de Occidente a retomar el camino de la libertad. No se dejen amedrentar por la casta política y los parásitos que viven del Estado”, afirmó Milei al exponer en el Foro Económico Global de Davos.