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Hoy es piletero, pero antes llegó a ser ídolo de San Lorenzo

Campeón con el Ciclón y de inoxidable carrera por el acenso, su nombre se instaló en el fútbol argentino, aunque la actualidad lo tiene al margen de la línea de cal.

La vida de todo futbolista es impredecible. Las alegrías y tristezas son sensaciones recurrentes que atraviesan y dejan una huella imborrable en la carrera de cualquier deportista. Este fue el caso de Mario Rolando Escudero, pieza clave en la consagración de San Lorenzo en el torneo de 1995 del fútbol argentino.

Formado en la cantera del Ciclón, “Roly”, con esfuerzo y sacrificio como lema, supo ganarse el cariño de los hinchas del club de Boedo, club que le permitió dar sus primeros pasos en el fútbol argentino.

Sin embargo, su carrera futbolística tuvo varios giros inesperados, de esos que obligan un cambio rotundo en la vida. Al igual que otros exfutbolistas, Escudero encontró su verdadera vocación luego del retiro. En la actualidad, es uno de los pileteros más reconocidos de Capitán Sarmiento.

Mario Rolando Escudero y el fútbol

“Roly” Escudero fue pieza clave para que San Lorenzo se consagre campeón en 1995.

Debutó con tan solo 21 años en uno de los equipos más grandes del fútbol argentino. Desde 1991 hasta 1998 fue pieza clave en San Lorenzo, club que lo arropó y le permitió llegar a Primera División.

Comenzó como lateral izquierdo, pero el paso de los años lo corrió al sector derecho. Además, en 1995, de la mano de Héctor “Bambino” Veira, el Ciclón de Escudero, Ruggeri y Biaggio, entre otros, cortó la racha negativa al consagrase campeón del Torneo Clausura.

Luego, su carrera siguió en el ascenso, más precisamente en Nueva Chicago y Brown de Adrogué. Pero durante dos años estuvo alejado del verde césped, hasta que un amigo le propuso disputar el Argentino C con San Carlos de Capitán Sarmiento.

Allí jugó el resto de su carrera, hasta el 2014, cuando decidió colgar los botines con 43 años para comenzar su nueva vida lejos de la redonda.

Qué fue de su vida después de retirarse

Escudero encontró su lugar en el mundo en Capitán Sarmiento, ciudad que lo adoptó y le permitió continuar con su carrera futbolística. Tras su retiro en San Carlos, el defensor dio un giro inesperado y se dedicó al cuidado de las piletas.

En la actualidad, es uno de los más conocidos en el rubro. Además, su pasión por la cocina y especialmente por el asado lo llevó a participar de diversos festivales de la zona.