Politica

Salieron a la luz imágenes de José Alperovich tras las rejas

El exsenador tucumano recibió una pena de 16 años de prisión y fue trasladado a la cárcel de federal de Ezeiza.

El exgobernador de Tucumán José Jorge Alperovich llegó a última hora del martes a la cárcel federal de Ezeiza, donde cumplirá 16 años de prisión, la pena que le impuso el juez Juan Ramos Padilla por el delito de abuso sexual en perjuicio de su sobrina segunda y exsecretaria.

Las primeras imágenes que se conocieron del exgobernador en su arribo a la unidad penitenciaria lo muestran en las mismas condiciones en que escuchó la sentencia del magistrado: con camisa blanca, traje azul con corbata al tono y con un sobretodo negro. En la grabación, se muestran fragmentos del trayecto que hizo desde el edificio de los tribunales de la calle Paraguay al 1500 hasta la unidad penitenciaria ubicada en el sur del conurbano bonaerense, todo el tiempo, escoltado por personal y móviles del Servicio Penitenciario Federal.

El juez Ramos Padilla concedió todo lo que pidió el fiscal Sandro Abraldes: no solo los 16 años de prisión, sino también que corresponde “la reparación“ de la víctima. La defensa apelará la condena.

El juicio contra José Alperovich: “Yo no abusé de ella”

Cuatro años y medio pasaron desde que el caso irrumpió en la política nacional. Con un mensaje desgarrador, una mujer hacía una acusación gravísima: había sido víctima -contaba- de múltiples abusos sexuales en Tucumán y Buenos Aires.

El ahora condenado para ese entonces era senador y nunca renunció a su cargo ni su espacio político se lo exigió. Cumplió sus cuatro años de mandato popular para hacer uso de sus fueros e intentó por todos los medios que la causa tramitara en Tucumán, cuna de su poder.

De acuerdo a la denuncia que ahora la Justicia convalidó, los abusos ocurrieron en la provincia y en la Ciudad de Buenos Aires, cuando Alperovich y la víctima, de la que se preserva su identidad para resguardarla, viajaban para cumplir sus labores en el Congreso Nacional.

Por eso, con la intervención de la Fiscalía Especializada en Violencia contra las Mujeres, a cargo de Mariela Labozzetta, y el fiscal Santiago Vismara, la causa pudo salir de la provincia y se desarrolló en la Justicia nacional.

El juicio empezó el 5 de febrero y pasaron docenas de testigos en audiencias semanales. Declaró Alperovich, durante más de ocho horas, también su hija Sara y todo el equipo de campaña que estaba en la “mesa chica” de la que participaba la denunciante y el imputado.

“Yo no abusé de ella, eso es una mentira. Yo soy un hombre de 70 años”, sostuvo sobre la denuncia de la mujer, que es hija de un primo hermano suyo. “Son títulos que se ponen, dicen que es mi sobrina pero ella nunca me dijo tío y yo nunca le dije sobrina”, añadió.

El ex gobernador siguió el juicio por videollamada. Sólo se presentó al inicio -el 5 de febrero- y a las últimas audiencias.

Se conectó desde su casa, donde fumaba, conversaba con personas detrás de la cámara, tomaba café y evitaba hacer gestos.

Su defensa fue contundente: durante el alegato de cierre, en el que pidió la absolución, ocupó gran parte de las nueve horas en “denostar a la víctima”, en palabras de los querellantes.

Ahora la Justicia deberá investigar por falso testimonio a Manuel Frías, mozo de Alperovich durante la campaña electoral de 2017-2019, periodo durante el cual una joven de entonces 27 años denunció que ocurrían los abusos sexuales.

Lo mismo ocurrió con Víctor Hugo Decataldo, un empresario de transportes que terminó en pareja con Sara, la hija de Alperovich, y con David Cayatta, ex custodio y chofer de Alperovich.