El hombre, apodado también “Julito”, habría ordenado el secuestro, tortura y asesinato de Lara Gutiérrez, Brenda del Castillo y Morena Verdi.
De todos modos, las mismas fuentes admiten que todavía hay sectores de narcos peruanos a los que la Justicia y las fuerzas de seguridad no logran llegar. Por eso no descartan que el radio de acción de “Pequeño J” no esté centrado en la Ciudad sino en el sur del conurbano bonaerense, la misma zona donde fueron masacradas las tres víctimas de este narcofemicidio.
Según detalló Cecilia Di Lodovico en Infobae, el caso ya generó la intervención de la PROCUNAR, encabezada por Diego Iglesias, y de la fiscal especializada en delitos vinculados al narcotráfico Cecilia Amil. Ambos organismos se sumaron a la pesquisa que lidera el fiscal de La Matanza, Gastón Duplaá, en busca de esclarecer la autoría intelectual del crimen. Hasta el momento, no hay causas abiertas que comprometan a los cuatro detenidos en Florencio Varela, aunque uno de ellos sería familiar directo de “Pequeño J”.
El avance judicial intenta desentrañar un entramado que mezcla ajustes de cuentas, mensajes mafiosos y disputas narco que derivaron en un triple crimen con la brutalidad propia de una ejecución ejemplificadora, pensada para sembrar miedo en el territorio.