Se trata de David Gustavo Morales Humani, alias “El Loco David”, quien fue mencionado por varios testigos y Manuel David Villaverde Rodríguez.
Ambos están imputados por el delito de homicidio agravado reiterado, en concurso real, “por cometerse con el concurso premeditado de dos o más personas, con ensañamiento, con alevosía y por mediar violencia de género reiterado en tres hechos”.
Morales Huamani, de nacionalidad peruana y nacido en 1988, está señalado como uno de los sospechosos principales. Valverde Rodríguez, también peruano, nació en 1980 y fue identificado en la misma causa.
Fuentes de la investigación indicaron que la decisión judicial busca evitar cualquier intento de fuga, ya que no se descarta que ambos puedan haberse desplazado fuera del país.
La Delegación de Interpol de la Policía Federal Argentina ya fue notificada para que emita los alertas correspondientes a nivel internacional.
El perfil de “EL Loco David”
Según el testimonio de Mónica Débora Mujica, pareja de Sotacuro, el viernes 19 de septiembre el “Loco David” se comunicó con su pareja para que lo buscara en una vivienda de Florencio Varela.
“Se llama David, pero no tengo idea del apellido. Es gordito, de pelo corto, moreno, de unos 30 años y de nacionalidad peruana”, relató Mujica ante la Justicia.
La mujer agregó que el sospechoso vive en la villa, “en la manzana 29”, y describió con detalle cómo llegar a su vivienda: “Se entra por un pasillo chiquito que lleva a un callejón donde hay otro tope. La puerta es negra. Al lado vive una amiga, y por eso lo vi entrar muchas veces ahí”.
Mujica también explicó que en el barrio lo conocen como “el Tarta” porque tartamudea al hablar. “Es conocido en la zona, la gente sabe quién es”, aseguró la testigo, cuya declaración fue valorada por los investigadores como una de las más reveladoras del expediente.
Por su parte, el detenido Víctor Sotacuro también mencionó al “Loco David” en su indagatoria. Afirmó que fue contratado para realizar un viaje en remis y que, tras el crimen, recibió amenazas que lo llevaron a fugarse a Bolivia por miedo.
Las fuentes judiciales indicaron que la principal hipótesis apunta a que “el Tarta” fue quien trasladó a las tres víctimas hasta el lugar del crimen, cumpliendo órdenes directas de Pequeño J.