SOCIEDAD

La inflación ahoga los comedores comunitarios: “Falta ayuda de Nación”

Con una inflación en picada y recortes en los fondos que el Estado nacional no está mandando a las provincisa en el Conurbano se vuelve más difícil mantener la mesa puesta.

Los comedores comunitarios se convirtieron en el único recurso de miles de familias para que sus hijos coman durante el receso escolar. Su funcionamiento está en peligro constante por la falta de asistencia de las autoridades y por la inflación, que fue del 20% solamente en enero de 2024.
“Tenemos alimentos más o menos para una semana“, contó a C5N María, la un comedor comunitario en Esteban Echeverría que no recibe fondos del Estado nacional.”No me llamaron de Nación, de ningún lado. Espero el llamado porque estamos necesitando. Yo sé que todos la estamos pasando mal, más ellos, las familias que no tienen… Los padres están sin trabajo y necesita”, expresó la mujer.”Yo no tengo trabajo (formal, pago) porque si yo dejo de trabajar ellos no comen”, agregó.

La situación personal de María es compleja porque el único ingreso de su familia era el trabajo de su marido, que fue despedido hace poco. Hasta hace no mucho también tenía una asistencia del Estado nacional, la asignación universal por hijo (AUH), pero ya no es el caso.

“Mi marido también está sin trabajo. Tampoco tenemos la asignación. Me la cortaron porque yo tengo Mercado Pago, no entiendo por qué. Necesito la asignación por los chicos míos porque es el único ingreso de mi familia. No cobro el Potenciar, esto lo hago con amor, no porque esté cobrando un plan. Lo hago de corazón por los chicos”, relató.

“Hace cuatro años que estamos con el comedor y nunca recibí ayuda de Nación, sólo municipal. Y aún así no alcanza”, sostuvo.

María explicó que alrededor de 85 chicos almuerzan en su comedor cada día, pero que “se sumaron más familias” en el último tiempo, y que sabe que durante el ciclo lectivo muchos de los menores comen su única comida diaria en el comedor escolar, pero las clases empiezan en marzo.

Además existe una lista de espera para recibir a más personas. “Tengo terror, tengo fobia de cerrar el comedor y que no tengan para comer”, agregó la mujer.