El monseñor Jorge García Cuerva encabezó la homilía por el 214º aniversario de la Revolución de Mayo en la Catedral de Buenos Aires.
“Tenemos que tomarnos en serio las parálisis de nuestro pueblo, hay parálisis que no se pueden procrastinar. Su postergación en nombre de un futuro prometedor generarían consecuencias nefastas por irreversibles en la vida de las personas y de toda la sociedad, un precio muy alto a pagar que no nos podemos permitir”, manifestó y mencionó como ejemplos la malnutrición en la primera infancia, la falta de escolarización y accesibilidad a los servicios de salud y la “incapacidad de los ancianos y los jubilados para sostenerse con dignidad”, expresó el arzobispo.
“La gente está haciendo un esfuerzo muy grande, nos no podemos hacernos los tontos, hay que acompañar con hechos y no solo con palabras ese enorme esfuerzo. Por eso siguen doliendo las acciones de la dirigencia, divorciadas de la ciudadanía de a pie, como los tan comentados autoaumentos de sueldos”, sostuvo García Cuerva.