El Presidente invitó al exmandatario luego de que el PRO rechazara en Diputados los fondos reservados para la SIDE. La cena no alcanzó para evitar que el macrismo votara a favor de la movilidad jubilatoria en el Senado.
Como se sabe, la Cámara de Diputados rechazó el Decreto de Necesidad y Urgencia 656/2024 que asignaba $100.000 millones extras para el presupuesto de fondos reservados de la reflotada Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE).
El miércoles, los bloque Encuentro Federal, Coalición Cívica y parte del radicalismo habían convocado a una sesión para debatir el presupuesto asignado por el Poder Ejecutivo, y con el respaldo de Unión por la Patria y diputades del PRO que responden a Mauricio Macri, el decreto fue rechazo.
Todas las alarmas saltaron en Casa Rosada y la sorpresa asaltó al propio Javier Milei, quien comenzó a ver cómo el apoyo sin condiciones del macrismo se iba diluyendo en el Congreso. Sobre todo, teniendo en cuenta que al día siguiente se trataría en el Senado el proyecto de movilidad y actualización jubilatoria, que fue finalmente convertido en ley.
Pretendiendo recomponer la situación de eventual crisis y de “boludeo” por parte del oficialismo al PRO, como deslizó el expresidente, Milei invitó a Macri a una reunión en la Quinta de Olivos, que se concretó el miércoles por la noche con cena incluida.
Compartieron milanesas con puré y agua mineral sin gas, según trascendió; porque desde que habitó esa residencia por cuatro años, el expresidente nunca dejó de destacar ese menú como el mejor que allí se sirve.
Fuentes de ambas partes coincidieron en asegurar que si bien no se llegó a fumar la pipa de la paz, es decir, a restablecer la alianza incondicional que ambos tejieron en la previa al balotaje del año pasado y que llevó a Milei al sillón de Rivadavia, el encuentro fue a solas y en “muy buenos términos”.
Las fuertes críticas de Manuel Adorni y otros voceros oficiosos del mandatario anarcocapitalista, ni las formuladas públicamente por la extitular del PRO y ahora ministra libertaria Patricia Bullrich contra sus propios legisladores; tampoco la votación del miércoles contra los fondos reservados para la SIDE, nada de eso parece haber hecho mella en el vínculo personal que ambos dicen mantener.
Es que “no los une el amor sino el espanto”, sugieren observadores imparciales a propósito del nuevo aniversario del nacimiento de Borges, a conmemorarse el próximo sábado 24 de agosto, declarado Día del Lector. El miedo, por supuesto, al resurgimiento del enemigo electoral común: el peronismo.
Tampoco los divide, por ahora, la votación de este jueves en el Senado, que con dos tercios de los votos (peronistas, macristas, radicales y otros) aprobó el proyecto que aumenta las jubilaciones en un 8,1% y que pliega su actualización mensual al Índice de Precios al Consumir (IPC).
Iniciativa que venía con media sanción de la Cámara de Diputados y por ende se convirtió en ley que Milei prometió anticipadamente vetar, pagando el enorme costo político de ajustar todavía más a la “casta” que conforman jubilados y pensionados.