El principal sospechoso por el crimen rechazó someterse a pericias, mientras que los investigadores incorporaron a la causa chats que revelan agresiones previas y una coartada fallida.
Los investigadores reconstruyeron el complejo intento de Gutiérrez por montar una coartada. Tras el asesinato, el acusado habría realizado varias llamadas a las 4:30 de la madrugada desde su propio teléfono al celular de la víctima, intentando simular que ella estaba viva; aunque los fiscales sostienen que a esa hora, Débora ya había muerto.
El fiscal que interviene confirmó que el teléfono de Débora aún no fue hallado, pero los mensajes extraídos del celular del imputado serían posteriores al momento estimado del crimen, lo que refuerza la hipótesis de una maniobra para encubrir el femicidio.
Según las pericias preliminares, el asesinato habría ocurrido entre las 22 del sábado y las 5 de la madrugada del domingo: “En ese rango de horas sucedió todo. El acusado se retiró caminando del camping por el túnel de salida”, concluyó.


