El Supremo Tribunal de Brasil ordenó el arresto domiciliario de Jair Bolsonaro
Este nuevo revés judicial para el expresidente brasileño, se da en el marco de la causa que investiga el intento de golpe de Estado. Deberá usar tobillera electrónica.
“No cabe duda de que la medida cautelar impuesta a Jair Messias Bolsonaro no se cumplió”, señala el fallo, y que sus acciones, sin usar sus perfiles de modo directo, violaron la restricción impuesta con anterioridad.
La nueva medida contra el exmandatario brasileño incluye el uso de pulsera electrónica de tobillo, la prohibición de visitas, salvo de familiares próximo y abogados. Además, deberá entregar todos los teléfonos móviles disponibles en el sitio.
Que decía el fallo anterior contra Jair Bolsonaro
El viernes 11 de julio, la Corte Suprema de Brasil le prohibió al expresidente brasileño acercarse a embajadas, comunicarse con diplomáticos extranjeros, así como con otros investigados o procesados en el caso por golpismo.
El desarrollo se produjo mientras agentes de la policía federal realizaban registros en su casa y en la sede de su partido en Brasilia, según personas familiarizadas con la orden judicial.
Los medios de comunicación locales informaron que a Bolsonaro también se le prohíbe usar redes sociales o contactar a otras personas que son objeto de investigaciones por parte del Supremo Tribunal Federal de Brasil, incluido su hijo, Eduardo Bolsonaro, un legislador brasileño que actualmente vive en Estados Unidos y es conocido por sus estrechos lazos con el presidente estadounidense, Donald Trump.
Un comunicado de la policía señaló que los agentes de Brasilia llevaron a cabo “dos órdenes de registro e incautación, además de medidas cautelares distintas a la detención, en cumplimiento de una decisión del Supremo Tribunal”.
Bolsonaro es acusado de liderar, junto con varios de sus colaboradores, entre ellos antiguos ministros y militares de alto rango, un complot golpista para mantenerse en el poder tras su derrota en las elecciones de 2022, que ganó Lula.
La Fiscalía lo acusa de cinco delitos, entre ellos golpe de Estado y abolición violenta del Estado democrático de derechos, cuyas penas sumadas pueden llegar a los 40 años de prisión.
En ese momento, el fiscal general de Brasil, Paulo Gonet, dijo en un informe al Supremo Tribunal Federal que “la evidencia es clara: el acusado actuó sistemáticamente, durante todo su mandato y después de su derrota en las urnas, para incitar a la insurrección y la desestabilización del estado de derecho democrático”.
Bolsonaro describió el juicio en redes sociales como una “cacería de brujas”, repitiendo un término utilizado por Trump cuando salió en defensa de su aliado sudamericano hace unos días.