El carnicero que no quería subir los precios tiene que cerrar por la inflación
El carnicero que no quería subir los precios tiene que cerrar por la inflación
Ahora decidió que está semana va a cerrar el negocio ubicado en Nueva York 3662, en el barrio porteño de Devoto. “La realidad es bastante cruda. En lo personal me rindo. La gente que me conoce sabe que soy un guerrero pero la verdad que esto me superó, me siento angustiado por el hecho de haber fracasado”, afirmó.
“Hace no mucho me hicieron una nota donde conté que iba a sacar el almacén porque no podía costear los precios y ahora saco la carnicería. Solo me queda la verdulería. La inflación me ganó así que hasta acá llegué, es la última semana que estoy”, aseguró entre lagrimas.
El comerciante destacó que desde hace meses que se levanta a las 4 y se acuesta a las 00. “La inflación hace que no tenga clientes, me comió la ganancia, el almacén está vacío prácticamente. Es insostenible. Soy un luchador nato junto con mi señora pero no puedo”, afirmó.
“No le quiero echar la culpa a nadie, simplemente es algo insostenible, no se puede pagar la carne, no se puede pagar una bebida, no se puede pagar nada. La inflación me comió y ya no tengo fuerzas para salir adelante. La angustia que siento es porque yo pensé que iba a poder igual, pero en términos de boxeo me siento como un peso pluma peleando con un peso pesado, es imposible”, remarcó.
Sergio tiene otra carnicería en Caballito, ubicada dentro de un supermercado, y según contó, ese negocio es hoy lo que mantiene a su familia. “Se me agotaron los recursos. Con mucho esfuerzo vamos a mantener esa carnicería que es lo que nos sostiene, pero a veces me pregunto para qué trabajé 14, 15, 16 horas. Es frustrante eso”, dijo.