Con 140 votos afirmativos, 80 negativos y 7 abstenciones, la Cámara baja aprobó la norma en general pero no obtuvo el mismo resultado en la particularidad.
En resumen, la oposición buscaba limitar la vida útil de los DNU a 90 días para obligar al Gobierno a negociar y obtener la ratificación del Congreso en ese breve lapso.
Aunque el proyecto de reforma contenía otros cambios importantes (como la derogación con el rechazo de una sola cámara y la prohibición de decretos “ómnibus”), el Artículo 3 era la clave para invertir la lógica de la validez y fue el que no logró la mayoría necesaria en la Cámara de Diputados, obligando al proyecto a volver al Senado.